Los influenciadores son una realidad que toma más fuerza cada día, llenando nuestras redes sociales de aquellos usuarios que cuentan con reconocimiento para posicionar mensajes, productos y servicios. Hay que tener en cuenta que un influenciador no necesariamente es un ‘famoso’, También alguien que tiene conocimientos o experticia determinada, y que, al interactuar con otros usuarios, una persona que cuenta con la credibilidad necesaria en su comunidad para ser oído.
Si hablamos de estudios, en este caso uno de Twitter, casi el 40 por ciento de usuarios entrevistados ha realizado compras como respuesta a los contenidos de un influenciador. No solo se trata de mercadeo, posicionamiento y visibilización; las empresas tiene que generar espacios de interacción con los usuarios, participar en sus conversaciones y promover discusiones que pueden llegar a ser de su interés.
Las compañías tienen la oportunidad en sacarle provecho a estos canales, en donde las afinidades y emociones priman, y donde las marcas puedan hablar por medio de alguien que cuenta con confianza por parte de nuestra audiencia. El espacio digital sigue siendo un espacio de exploración, ya existen metodologías que permiten identificar estos potenciales líderes online y filtrarlos, tipo de canal, alcance de publicaciones y nivel de interacción.
Pero la tarea de elegirlos no se debe tomar a la ligera, ya que entregarle la vocería de una empresa a una persona ajena es un riesgo que debe evaluarse y tomar medidas para mitigar las ventanas de riesgo. Buscar potenciales influenciadores no puede limitarse a evaluar si es afín a su marca, si las temáticas son familiares o si su audiencia es la misma que su target.
Hay que revisar que la reputación de su candidato pueda representar sus valores y no ponga en riesgo la empresa. La vida personal y el comportamiento de su representante en el mundo digital pueden afectar la percepción hacia su empresa. Hay que tener en cuenta una situación de violencia intrafamiliar, un comentario racista o cualquier comportamiento inapropiado, pone a su marca en una difícil situación, y no solo él tendrá que poner la cara.
En un contexto en donde los consumidores tienen el poder de desprestigiar una empresa en redes por actuaciones o posiciones desafortunadas, es necesario establecer una comunicación clara con los usuarios. La claridad sobre la existencia de una remuneración por parte de una marca, que los contenidos sean orgánicos, y que sea evidente una afinidad entre el influencer y la compañía son importantes.
Por: Strategic Group